Los secretos de las Cookies

Las famosas galletas "chips de chocolate" o comúnmente conocidas como "Cookies" deben su origen a Ruth Grave Wakefield, quién de forma accidental en 1930 creó en Toll House Inn, un restaurante muy popular en Whitman (Massachusetts), la receta de estas famosas y sabrosas galletas que tienen como distintivo fundamental los trozos de chocolate (chips) incrustados en las galletas.

Parece ser que el restaurante de Ruth no era precisamente famoso por sus galletas, realizadas con una masa a base de mantequilla y azúcar moreno o blanco combinado con ingredientes adicionales como nueces o avena, pero servían como un complemento final para la comida casera que se servía en su restaurante.

Como ocurre en la mayoría de los casos, en una ocasión Ruth olvidó comprar algunos ingredientes para sus galletas y decidió sustituirlos por trozos de barritas de chocolate semidulce Nestlé, lo que aportó una textura mucho más cremosa a sus galletas.

Estas galletas llegaron a hacer tan famosas, a raíz de la publicación de su receta en el periódico de Boston, que la venta de tabletas de chocolate semidulce de Nestlé se disparó y la famosa compañía de chocolates llegó a un acuerdo con ella, de forma que a cambio de publicar su receta en la envoltura de las tabletas de chocolate, ella recibiría gratis todo el chocolate que necesitara durante el resto de su vida para seguir elaborando las galletas.

Como suele ser común, a lo largo de los años, la tradicional receta de la señora Wakefield ha evolucionado encontrando hoy en día miles de recetas de Cookies, todas ellas probablemente deliciosas.

No obstante, las que yo hago son bastante sencillas en cuanto a la elaboración, pero no por ello menos deliciosas eh!!.

En general necesitaremos los ingredientes siguientes:

• 150 gr de azúcar moreno
• 150 gr de azúcar blanco
• 150 gr de mantequilla (es importante que esté a temperatura ambiente y al punto de pomada)
• 2 huevos
• 1 cucharadita (de las de café) de esencia de vainilla
• 350 gr de harina simple de trigo
• 1 cucharadita (de las de café) de levadura.
• 150 gr de pepitas de chocolate ( o bien la misma cantidad de chocolate cortado en trocitos)

Con respecto a la levadura, comentaros que es opcional, todo depende de si queremos que se levanten las galletas y queden más suaves o por el contrario nos gusta las galletas más aplastadas y un pelín más duras (en cuyo caso prescindiremos de la levadura)

Para hacer la masa, montamos la mantequilla con una batidora de varillas (si, no me he vuelto loco, la mantequilla también se puede montar) y vamos añadiendo poco a poco el azúcar moreno y el azúcar blanco sin dejar de batir hasta lograr una pasta cremosa. A continuación añadimos los huevos uno a uno, la vainilla y la harina (previamente tamizada y mezclada ya con la levadura si hemos decidido utilizarla). También podemos añadir, de forma opcional una pizca de sal.

Mezclamos hasta que estén todos los ingredientes bien integrados teniendo una masa homogénea y cremosa. Corramos con fila y metemos en la nevera al menos una hora.

Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo.

Con la masa anterior, creamos una bolas redondeadas con la mano y las colocamos sobre una bandeja de horno forrada con papel de horno para que no se nos pegue. Sobre cada galleta ponemos dos o tres pepitas de chocolate, según el tamaño de la galleta y horneamos durante 10 minutos aproximadamente o hasta que veamos que las galletas comienzan a hacerse, sin llegar a tostarse para que queden suaves por dentro. Si le damos más calor de la cuenta nos quedarán un poco más duras en el interior (todo es cuestión de gustos).

Es importante no pegar las galletas en la bandeja y dejar bastante separación entre ellas, teniendo en cuanta que crecerán un poco (y un poco más si le ponemos levadura). La primera vez que las hice me crecieron tanto que al final de la cocción toda la bandeja de horno era una sola galleta, por eso hago la advertencia ;)).

Dejamos que se enfríen sobre una rejilla y a disfrutar.